¿CÓMO DEBE TRATAR LA FAMILIA Y LOS AMIGOS A LA PERSONA DEPRIMIDA?





No debe olvidarse que los que rodean a un deprimido también sufren. Generalmente no entienden lo que está pasando, ya que aparentemente no hay motivo para el estado del enfermo. Es esencial, la adopción de una actitud comprensiva y abierta, que permita que se desarrolle el diálogo y se pueda ir restableciendo la objetividad poco a poco; recordemos que el deprimido suele tener una especial sensibilidad para los aspectos tristes, siendo incapaz de ver los positivos.

Es inútil pedirle a un deprimido que te explique lo que le pasa, no podrá hacerlo, no sabe lo que le pasa. Si se insiste en ello, lo único que se conseguirá, es convencerle más de que no se le entiende, y en algunos casos irritarle. Tampoco se debe pretender argumentarle que vea la realidad con objetividad.

Hay que entender que no está así por su gusto. Que no servirá de nada que le digamos que se anime o que se involucre en actividades. Lo que suponga un esfuerzo no está de su mano. Según la gravedad, hay cosas que no puede hacer, como divertirse, por mucho que otros se empeñen, ir a trabajar, viajar, leer, ver televisión, pescar, etc., suelen ser consejos que la persona deprimida no puede seguir.

Lo mejor que pueden hacer las personas que se encuentren cerca de un deprimido, es transmitirle el sentimiento de que se les quiere y de que se tiene interés en ellos, sin agobiarles, y manteniendo una actitud de espera activa, convencidos de que saldrá de su situación.
Simultáneamente a lo anterior, deben de tratar que el enfermo acepte la ayuda especializada de un psiquiatra o psicólogo.


Fuente: Anales de psicología