MODELOS TEÓRICOS EXPLICATIVOS INTEGRADORES DEL CONSUMO DE DROGAS EN EL IMAGINARIO SOCIAL COLECTIVO DE LA JUVENTUD

ENSAYO DEL ESTUDIANTE DE PSICOLOGÍA (V) DE TERCER AÑO, HUGO GONZÁLEZ FRANETOVIC, EN TORNO A LA PROBLEMÁTICA DEL CONSUMO DE DROGAS. EL TRABAJO FUE REALIZADO EN EL ELECTIVO DE FORMACION INTEGRAL "JUVENTUD, DROGAS Y ALCOHOL", A CARGO DEL DOCENTE Y PSICÓLOGO DE CAI MAURICIO DÍAZ ARAYA.

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“La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios…”

“No se trata de llevarles las cosas hechas, sino de dotarlos de elementos teóricos, técnicos y metodológicos, para que ellos lleguen a hacer sus cosas de acuerdo a sus intereses”.

Gabriel García Márquez



Resumen Ejecutivo:


El presente ensayo fue construido en base a la consideración de cinco modelos o enfoques explicativos de carácter integrador que dan cuenta en primer lugar de las diversas modalidades de toxicomanías, así también de los usos y abusos del consumo de drogas; en segundo termino, dichos modelos explicativos informan de la multiplicidad de factores que se encuentran interactuando entre el sujeto consumidor, la situación y circunstancias de consumo y los factores ambientales y contextuales que influyen directamente en las diferentes conductas y comportamientos de drogodependencia.
Al respecto es fundamental resaltar la relevancia que tienen los modelos de tipo integrador que permiten explicar de mejor manera el origen, la iniciación, la mantención y cese del consumo; en contraste con los modelos básicos de prevención, en los cuales su accionar señala e indica solamente un tipo de factor explicativo del comportamiento y conducta drogodependiente, lo que obviamente restringe y limita cualquier diseño de política y estrategia de prevención y rehabilitación. Por el contrario, los modelos integradores, permiten una visión multidimensional y multifactorial de la problemática de toxicomanía y en consecuencia tendrá la ventaja y potencialidad de focalizar su accionar tanto en el diseño de políticas y estrategias, como en la implementación de acciones específicas orientadas a la prevención y rehabilitación con mayor eficacia y obtención de resultados que los modelos básicos unifocales de prevención, pues su accionar permite intervenir eventualmente en forma simultanea la multiplicidad de factores y dimensiones que explican la drogodependencia, por tanto son modelos multifocales, flexibles y comprensivos con el origen y desarrollo del consumo de drogas.
Por otra parte, los modelos de tipo integrador tiene la ventaja de de explicar y analizar el fenómeno de consumo de sustancias considerando la importancia de factores atribuidos a procesos internos que ocurren en el sujeto y procesos externos que determinan el contexto de influencia en la cual se producen las circunstancias de interacción e interdependencia entre sujeto consumidor y el objeto del deseo, es decir, la droga y en consecuencia se explica el carácter multifocal y multifactorial del problema.
Finalmente podemos decir también que los modelos de tipo integrador, pertenecen al grupo de teorías sociológicas explicativas de las toxicomanías y consumo problemático de drogas, donde se da extrema importancia a los factores ambientales por sobre los biológicos y psíquicos como una forma de explicar diferencialmente la relación directa entre consumo de droga y comportamiento delictual.



Finalidad:

El siguiente ensayo, tiene por objetivo ilustrar sintéticamente cinco modelos explicativos de tipo integrador, pertenecientes al grupo de teorías sociológicas que explican de mejor manera el consumo problemático de drogas respecto a los modelos básicos unifactoriales de prevención.
Al respecto, los modelos a desarrollar son los siguientes: 1) Modelo Sociológico, 2) Modelo Sociocultural, 3) Modelo Psicosocial, 4) Modelo Ecológico y 5) Modelo de la Exclusión Social.
Dichos modelos permiten explicar la complejidad multifactorial del entorno, ambiente y contexto en relación al consumo problemático de drogas, por cuanto analizan en detalle la interdependencia de los factores de riesgo y factores protectores que se presenta en la interacción entre el sujeto consumidor y la droga, da cuenta entonces de la influencia negativa de las características de la infancia, de la influencia de la escuela, de la importancia de eventos vitales, de la relevancia de factores comunitarios y de la cultura, por sobre la influencia positiva de factores protectores como una manera de explicar la conducta y comportamiento toxicómano.
También estos modelos analizan en profundidad factores macrosociales asociados por ejemplo a valores, circunstancias económicas, sociales, culturales, ética social, consumismo, urbanismo, segregación territorial, influencia de los medios de comunicación, aproximación a grupos de pares peligrosos, etc.
Al mismo tiempo estos modelos, particularmente el de exclusión social, analizan también algunos de los siguientes factores de influencia directa en la conducta y comportamiento de un sujeto drogodependiente, los que explican con mayor certeza la complejidad y magnitud del consumo problemático de drogas: deficiencias de hábitat, deficiencia en el ámbito de la salud, deficiencia en el ámbito del empleo y trabajo; deficiencia en el ámbito de la inteligencia, escolaridad y educación, características en el ámbito del crimen, género, comunicación, familia, administración pública, desorden institucional, seguridad social, abandono social y consumo.
Finalmente, con el presente ensayo podemos demostrar fehacientemente que estos modelos explicativos dan mayor relevancia a factores ambientales y contextuales, por tanto factores externos al sujeto, como mecanismos multifactoriales de explicación de la expresión y manifestación de conductas y comportamientos drogodependientes en sujetos que tienen como objeto de deseo a la droga y sustancias ilegales, por sobre a los factores internos de los ámbitos biológicos y psíquicos. También es relevante destacar que dichos modelos son los que mayoritariamente sustentan tanto el diseño y formulación de políticas y estrategias, como la implementación de acciones concretas en el ámbito de la prevención justamente por su visión más integral y sistémica del problema de consumo de drogas.


Desarrollo:

Tal como lo hemos afirmado previamente, dentro de las teorías sociológicas, existen varios modelos y enfoques explicativos de carácter integrador que asignan mayor relevancia a factores externos, ambientales y contextuales, por sobre los factores y procesos internos de tipo biológico y psíquico, los que entregan mayor certeza explicativa al consumo problemático de drogas, sustancias ilícitas y conductas y comportamientos toxicómanos y drogodependiente. Al mismo tiempo se puede verificar que efectivamente los cinco modelos permiten explicar total o parcialmente las múltiples dimensiones del caso de un estudiante universitario que presenta diversos factores de riesgo en desarrollo y que su control inoportuno crean las condiciones para que determinantes ambientales y contextuales gatillen y catalicen la expresión de una conducta y comportamiento drogodependiente, esta dinámica es más fuerte y anula completa o parcialmente algunos factores protectores que aun permanecen en sus débiles relaciones familiares.
Respecto al modelo sociológico, podemos decir que sus características principales son las siguientes: Apunta directamente a la existencia de una subcultura específica de la droga, definida en términos de su separación y aislamiento con respecto a las normas sociales convencionales. Contempla el consumo de drogas y las toxicomanías desde un nivel posicional. Dentro de este nivel de análisis considera que el sujeto queda definido en función de su pertenencia a determinados grupos sociales. Las redes estructurales del grupo, su sistema de relaciones y sus dinámicas de funcionamiento determinan el rol que debe desempeñar el individuo y los patrones o pautas de comportamiento a que debe ajustarse. En función de la posición relativa que ocupa el sujeto en los diferentes grupos de pertenencia, implica de alguna manera que el individuo queda vinculado a su entorno y a la realidad social en la que vive y desarrolla su actividad. Desde tal nivel de análisis el consumidor de drogas es contemplado como un miembro más que ocupa una posición definida dentro de determinados grupos. La etiología del uso de drogas remite directamente a los aspectos estructurales y funcionales de la pertenencia a dichos grupos. Muchos de ellos se constituyen en minorías, alejándose de las normas culturales y sociales mayoritarias; en su definición estructural, disponen de su propio sistema de valores, normas de conducta, criterios de estatus, rituales, argot y simbolismos, que hacen que lleguen a representar una auténtica subcultura con identidad propia. Este conjunto de aspectos o mecanismos estructurales fomenta en muchas ocasiones la iniciación y contribuye al mantenimiento del uso de sustancias como un elemento más, definitorio de su propia idiosincrasia. Aquí aparece el primero de los factores contribuyentes que pueden llegar a tener un papel decisivo en la génesis y mantenimiento del uso de drogas: éste se convierte en el seno del grupo en un signo o sello de identidad e identificación grupal, y en manifestación del rechazo de la norma convencional, adquiriendo de este modo plena justificación. La identificación con el grupo por parte del individuo, y la asimilación de éste por parte de aquél presupone, o deriva a posteriori, en el consumo de tóxicos. Por otra parte, la dinámica de las relaciones entre los elementos constituyentes del grupo configura la unidad de expectativas y ajustes que diferencian la conducta de los sujetos. Las presiones hacia la conformidad y los sistemas de apoyo grupal sirven para alimentar y sustentar estilos de vida no convencionales, dentro de los cuales el consumo de drogas constituye un modo de transgresión de la norma socialmente sancionada. Aquí está presente el segundo de los factores contribuyentes a la génesis y desarrollo del problema: el compromiso con el grupo de referencia presupone el ajuste y la adopción de aquellos modos de comportamiento susceptibles de satisfacer las expectativas de quienes le conocen. El individuo parece quedar difuminado en el seno del grupo: como forma sutil de alienación, su identidad es absorbida en una unidad más amplia representada en el sistema de valores de la subcultura en que se integra. “Desde este modelo los aspectos individuales quedan relegados a un segundo plano por el interés en las redes estructurales y dinámicas funcionales que determinan la posición que define al individuo. La droga se convierte en un instrumento y su consumo en un medio o una vía de transgresión de la norma”.
Según los elementos específicos del modelo sociológico, podemos verificar favorablemente, los principales factores que se presentan en el caso de estudio en relación al estudiante universitario y su participación con un rol de liderazgo en el grupo de jóvenes con los cuales mantiene una dinámica de identidad y pertenencia vinculada al consumo de droga, efectivamente se presenta también la dinámica de aislamiento y rechazo de las normas convencionales, así también la dinámica de pertenecer a una estructura organizacional que desarrollan identidad, sentido de pertenencia, lealtad y confianza en torno al consumo de droga, donde cada integrante asume su función y rol en la dirección de gestar una organización que les permite satisfacer el acceso y su objeto de deseo, es decir, tienen el acceso sin mayor dificultad al consumo de drogas ilícitas, por tanto, podemos decir, que efectivamente el modelo sociológico, en este caso es una referencia de explicación y respuesta a la conducta y comportamiento de los jóvenes universitarios en general que se vinculan con las drogas tempranamente una vez que ingresas a la educación superior, esto se facilita también por la debilidad de los factores protectores respecto a la mayor expresión de los factores de riesgo.
En relación al modelo sociocultural, se caracteriza “por combinar aspectos genéticos con la teoría del aprendizaje, dentro de un marco conceptual más amplio que trata de ofrecer una comprensión sociológica y antropológica de la conducta cultural y las normas sociales. Se puede decir que el modelo considera la conducta humana como el resultado de la interacción entre factores biológicos, sociales y culturales. El elemento biológico del modelo lleva a considerar que algunos tipos de drogodependencias pueden llegar a tener una base genética o constitucional. De una forma simplista, la premisa básica de la explicación biológica sería que el individuo que abusa de las drogas es hipersensible a los elementos químicos. Por su parte, el elemento ambiental del modelo, vendría a señalar, en definitiva, la influencia del entorno sobre la conducta del individuo. Las normas y reglas establecidas por la sociedad condicionan y, en ocasiones llegan a determinar el uso de drogas. Por otra parte, la misma tradición y los patrones culturales se convierten en elementos reguladores del uso de determinados tipos de sustancias disponiendo e imponiendo ciertos mecanismos, en unos casos de control, y en otros favorecedores del consumo. Desde este punto de vista, los consumidores parecen encontrarse como prisioneros de todo su bagaje étnico, religioso, social y cultural. En la medida en que se considera que el inicio y mantenimiento de las toxicomanías descansa en las estructuras socio-económicas y en las costumbres arraigadas en la cultura y en la tradición, es muy difícil cualquier cambio que no modifique previamente dichas estructuras”.
Consecuentemente con los elementos relevantes del modelo, estos nuevamente pueden ser aplicados al caso del joven universitario que tempranamente en su educación superior se vincula con el consumo de sustancias ilícitas, por tanto, se podría suponer que sus factores protectores previos no fueron necesariamente fortalecidos y por lo tanto queda expuesto y vulnerable a las influencias ambientales, particularmente culturales del ámbito universitario, donde vincularse con los circuitos de consumo de drogas sería “algo casi normal”, propio de la nueva vida universitaria, esto expresa lo fuerte de las estructuras socioeconómicas del entorno universitario, donde la única opción de romper dicho circuito pasaría por cambios de conducta radicales, lo que no es simple por el nivel arraigo de dichas estructuras lo que señala el nivel de arraigo e internalización de reglas y normas establecidas previamente por la sociedad y cultura universitaria. También al considerar el factor biológico del modelo, se podría suponer, que el joven del caso de estudio, tendría una constitución genética hipersensible a los elementos químicos que constituyen la diversidad de drogas y sustancias ilícitas a las cuales tiene fácil acceso mediante los circuitos de la cultura universitaria drogodependiente. Por tanto, según los contrastes entre la teoría y el caso de estudio, nuevamente, dicha conducta y comportamiento toxicómano puede ser explicado también por el modelo sociocultural.
Desde el punto de vista del modelo psicosocial, este se caracteriza por “resaltar, junto a los componentes cognitivos y afectivos, los componentes ambientales que definen la realidad social en que se enmarca el consumidor de drogas, lo cual subrayaría la importancia de un análisis elaborado desde un nivel interindividual, por cuanto considera que el individuo queda definido por la relación que establece con los otros: "el consumidor de drogas se justifica como resultado de los contactos establecidos con las personas de su entorno social". Es en la dinámica de relaciones del proceso evolutivo y de socialización por el que atraviesa el individuo como se va forjando progresivamente su personalidad y definiendo el conjunto de valoraciones, creencias y actitudes que conformarán su peculiar estilo de vida. En este sentido, el modelo considera que el individuo se constituye en su interacción dinámica con los otros y con el conjunto de los factores ambientales que definen su contexto vital. Desde este modelo toda toxicomanía es definida en términos de su tripolaridad, pues el consumo integrará toda una constelación de factores articulados en torno a cada uno de los componentes de la tríada configurada por el sujeto consumidor, la sustancia consumida y la situación social en que tiene lugar el consumo. De este modo, el modelo psicosocial no sugiere una simple relación de causa-efecto en la explicación del consumo, sino que propone que éste surge como resultado de la interacción entre diversas variables sin que ninguna de ellas pueda ser etiquetada como causa primaria. El primero de los polos hace referencia a la variable "droga". Articulados en torno a ella se encontrarían un conjunto de factores relativos al tipo de sustancia utilizada, las cantidades consumidas, la frecuencia de consumo y las vías de administración. En función de tales factores se contemplarían los procesos derivados de la acción farmacológica de la droga, que es considerada en su papel de agente productor o desencadenante de efectos específicos en el organismo. Ello a su vez derivaría en clasificaciones diferenciales de las distintas sustancias atendiendo a criterios como su naturaleza o sus efectos. Así, sería fundamental tomar en consideración aspectos estrictamente bioquímicos relacionados con la naturaleza de la sustancia, y otros metabólicos relativos a sus repercusiones en el funcionamiento biológico, fisiológico y neurológico del organismo. El segundo de los polos hace referencia a la variable "sujeto". Articulados en torno a ella se encontraría todo un conjunto de factores que incluirían la personalidad de base del consumidor individual de drogas y, dentro de ella, los diversos componentes integrados en sus esferas cognitiva y afectivo-motivacional, tales como la identidad personal, el autoconcepto o la autoestima, las actitudes, el locus de control y la impulsividad, o las percepciones, expectativas, intereses, necesidades, emociones, motivaciones, etc., que puedan estar influyendo en su conducta. En el tercero de los polos se encontraría la variable "ambiente". En ella quedarían incluidos todos aquellos factores contextuales relativos a la situación social en que se haya inmerso el consumidor de drogas. Así, se contemplan aspectos del medio sociocultural, comunitario y familiar, a través de la inclusión en el análisis de variables sociodemográficas descriptoras de la situación de la que proviene el sujeto o en la que se halla inmerso, tales como el particular ambiente de crianza, la deprivación, marginación o el desempleo; el conjunto de las relaciones interpersonales con otros sujetos y dentro de la familia, la escuela o los grupos de referencia; el contenido ideológico de creencias, valores, representaciones, prejuicios, símbolos, que subyacen al comportamiento del individuo o del grupo, etc. Todos ellos considerados conjuntamente influyen en el modo en que el sujeto percibe el mundo y se relaciona con él, manifestándose el resultado de esta compleja y dinámica red de elementos en interacción en la conducta funcional del individuo en la escuela, en la comunidad y con respecto a sí mismo, o en un comportamiento disfuncional y desadaptativo representado en el abuso de sustancias”.
Siguiendo el esquema de análisis, se puede decir, que el modelo psicosocial es absolutamente aplicable al caso de estudio, por cuanto la tripolaridad que contempla el modelo, se expresa en los tres polos y sus respectivas variables; por ejemplo en relación a la primera variable y primer polo, es evidente la dimensión farmacológica de la acción del consumo de drogas, al momento de influir directamente en el funcionamiento fisiológico, biológico y neurológico del organismo del joven como consecuencia directa de la ingesta y consumo de sustancias y drogas ilícitas. Efectivamente el primer polo y la primera variable droga al momento de su ingesta en el organismo genera múltiples procesos, los cuales interactúan con el segundo polo y segunda variable, es decir, en su interior del organismos el joven universitario, a través de la droga son influenciados los diversos componentes integrados en sus esferas cognitiva y afectivo-motivacional, la que se expresa finalmente en el tipo de conducta y comportamiento propio de su estilo de vida vinculada al consumo de drogas. Por último, al analizar el tercer polo y tercera variable, es decir, la influencia ambiental, se puede verificar como los factores contextuales y del entorno, desde su crianza, los momentos vitales de su ciclo de vida, la influencia de la escuela, la familia y la comunidad, asociadas a las dos variables previas, es decir, droga más sujeto, determinan finalmente la conducta y comportamiento de un joven universitario drogodependiente y toxicómano de sustancias ilícitas. En síntesis la mayor o menor expresión de las dimensiones constitutivas de dicha tripolaridad explica la funcionalidad a la vida normal universitaria o su respectiva disfuncionalidad del joven estudiante expresada en el consumo de drogas.
Al considerar el modelo ecológico, podemos decir que “como punto de partida básico considera una serie de interrelaciones e interdependencias complejas entre el sistema ambiental, el sistema organísmico y el sistema comportamental. Dicho de otro modo analiza la interacción entre la vida y la conducta humana por una parte, y las condiciones ambientales por otra. Por tanto, el estudio del comportamiento humano es abordado a partir de la interacción entre las dimensiones ambientales y las dimensiones individuales: el ambiente dentro del cual tiene lugar la conducta es considerado en orden a predecir con mayor exactitud el funcionamiento individual. Las interacciones no solo incluyen los factores físicos y sociales del ambiente sino también las percepciones y cogniciones que de aquél tienen las personas, o lo que es lo mismo, el sentido y significado que el ambiente adquiere para el hombre. Al mismo tiempo, tales interacciones son entendidas en un doble sentido: como modificadoras (selectoras, desencadenantes, motivadoras o reforzadoras) de conducta, y como consecuencias de conducta (elegidas, provocadas o establecidas por la propia persona) que luego operan retroactivamente sobre la vivencia y el comportamiento. El conocimiento cuidadoso de las condiciones ambientales que operan como estímulos desencadenantes, motivadores y modificadores del comportamiento permitirá establecer las correlaciones existentes entre situación y conducta, convirtiéndose en un valioso instrumento predictivo. El reconocimiento de la importancia del control percibido sobre el medio como factor del bienestar humano, y el abordaje del estudio de los determinantes ambientales de la salud y de la enfermedad, han justificado en buena medida la propuesta de un modelo ecológico de las toxicomanías dentro de una visión ecológica más amplia del comportamiento en la que la adaptación del ser humano a su hábitat y el establecimiento de comportamientos adaptativos por parte de aquél se constituyen en aspectos centrales: "la salud es un proceso de interacción hombre-ambiente dentro de un contexto ecológico específico. Desde este punto de vista, la salud es definida en relación con la capacidad adaptativa del hombre a las circunstancias ambientales". El modelo ecológico considera posible tomar el ambiente como unidad de análisis (seleccionando unidades de mayor o menor amplitud) y realizar predicciones sobre el comportamiento a partir del mismo. Ello es así en la medida en que, persona y ambiente no son independientes, sino interdependientes, formando lo que se denomina escenario de conducta, los cuales no se refieren a individuos, sino a grupos de individuos comportándose conjuntamente. Un escenario de conducta es una unidad que tiene propiedades físicas, comportamentales y temporales, y que revela una variedad de interrelaciones entre sus partes. Así podríamos señalar, tres categorías de interdependencias: entre comportamientos; entre comportamiento y ambiente; y entre ambientes: 1) Interdependencia comportamiento / comportamiento, es decir, una parte del comportamiento no está sujeto directamente al control de contingencias: por un lado hay conductas relacionadas con aspectos elementales del contexto ambiental y, por otro, conductas relacionadas con segmentos ambientales que tienen un significado para el individuo. Las primeras suelen estar referidas a acciones fisiológicas, en tanto que las segundas tienen lugar en el área cognitiva del sujeto y "representan un "integrarse a" o "retirarse de" una parte del ambiente". 2) Interdependencia comportamiento/ambiente. Los cambios que tienen lugar en el ambiente pueden ser resultado de la acción del sujeto. Por otra parte, la fuerza del ambiente será tanto mayor cuanto más intensamente sea vivida por parte del sujeto. Además, muchos de los aspectos de la interacción entre conducta y ambiente hacen referencia al ambiente interno del sujeto definitorio de su propia situación, el cual remite directamente a sus motivaciones, interpretaciones aprendidas y existentes en su repertorio conductual. 3) Interdependencia ambiente/ambiente. Diferentes aspectos ambientales se agrupan entre sí constituyendo unidades más amplias. Al mismo tiempo, los diversos aspectos ambientales interaccionan entre sí de forma dinámica, existiendo algunos que controlan a otros, que influencian en mayor grado a otros, etc. En definitiva, el modelo ecológico aborda el "estudio de las relaciones interdependientes entre las acciones de una persona dirigidas a una meta y los escenarios de conducta en que tales acciones acontecen". Trata de comprender el impacto del ambiente desde la perspectiva del individuo. El énfasis se coloca sobre la adaptación individual, el ajuste y la capacidad para afrontar los acontecimientos. El foco principal recae sobre el medio más que sobre el hombre, pero los aspectos esenciales del mismo hacen referencia a sus efectos sobre la adaptación humana. En lo relativo específicamente al consumo de drogas, el modelo ecológico parte de la premisa de que la emisión de ciertos comportamientos está bajo el control de ciertas consecuencias disponibles en el ambiente y que regulan con mayor o menor fuerza a aquel. La mayor parte de los efectos de las drogas tienen lugar en el campo cognitivo del sujeto. Las acciones fisiológicas serán buscadas por aquél en la medida en que puedan ser integradas como experiencias de carácter positivo y con una significación específica dentro de su estilo de vida". Todo cambio ecológico presupone, de este modo, una serie de cambios en el contexto interaccional, muchos de los cuales serán deseables y otros no. Del mismo modo, el consumo de drogas conlleva toda una serie de efectos, que serán diferentes para cada persona en función de diversos factores individuales. La valoración de dichos efectos y el balance entre las consecuencias positivas y negativas de los mismos hará que un sujeto dado, y en un momento determinado, emita un comportamiento particular. En este sentido, el uso de una droga determinada vendrá condicionado por su disponibilidad en el mercado, la capacidad adquisitiva del sujeto, la tolerancia fisiológica, los efectos esperados, y un largo etcétera en el que se incluyen todo tipo de variables enmarcadas en el contexto presentado de interacción.
El caso del joven universitario que se vincula a los circuitos de consumo de drogas, también puede ser analizado desde la perspectiva ecológica, pues precisamente se genera una interacción entre los elementos ambientales e individuales a través de un escenario de conducta, en el cual se manifiesta y desarrolla el proceso de adaptación individual del joven, considerando el ajuste y capacidad personal de afrontar los nuevos acontecimientos propios de la vida y cultura universitaria, en un contexto de interacción conjunta entre sus pares, esta dinámica de comportamientos conjuntos provoca un doble tipo de conducta, primero las de tipo modificadoras, por ejemplo las selectoras, desencadenantes, motivadoras o reforzadoras de la conducta del joven en relación a la opción de consumir drogas en conjunto con sus pares universitarios y segundo las de tipo consecuencias de conducta, por ejemplo las diversas opciones que va tomando el joven universitario respecto al consumo de drogas, en este caso las opciones pueden ser elegidas, provocadas o establecidas por el propio joven; ambos tipos de conducta posteriormente operan retroactivamente sobre la vivencia y el comportamiento del joven universitario en relación a sus pares de grupo y consumo de drogas.
Finalmente respecto al modelo de exclusión social, sus características principales señalan que la exclusión social implica más que la pobreza económica; se refiere a las personas/comunidades que viven en áreas geográficas en las cuales hay una combinación de desempleo, discriminación, déficit en habilidades, bajos ingresos, viviendas precarias, alta tasa de criminalidad, problemas de salud y quiebre en la familia. Esos problemas están ligados entre sí y son mutuamente reforzantes, creando un círculo vicioso que dificulta la integración social de las personas desde su nacimiento. Otra definición de exclusión social señala que es “el proceso producido por la acumulación y la interacción de diversos factores de riesgos sociales y ambientales, que empujan a los seres humanos hacia un estado de pobreza. La exclusión es por consiguiente un proceso de empobrecimiento. Por otra parte, el modelo de exclusión social señala que la pobreza no se refiere solamente a los individuos cuyos ingresos están bajo una línea de pobreza dada, sino que a personas que revelan al mismo tiempo tener vínculos sociales débiles, una capacidad limitada para tomar decisiones en su vida, se sienten pobres, tienen un estatus social inferior o dependiente, y no pueden participar exitosamente en el desarrollo de la comunidad. Por último el modelo ha logrado identificar y distinguir 13 factores de riesgos sociales y ambientales para la exclusión social, que pueden ser de carácter positivo - principalmente asociados con servicios, que implican una menor incidencia de los factores de riesgo - y negativos, relacionados con situaciones que contribuyen a resaltar la incidencia de los riesgos sociales. (Ver Anexo Nº 1). La exclusión social también, dice relación, con la carencia de activos sociales (educación, profesión u oficio, contactos, vínculos, etc.) que posibilitan a las personas acceder al mercado laboral, a la cultura, esparcimiento, a redes sociales, etc. Por ello, la exclusión social es un fenómeno multidimensional en el cual la pobreza es frecuente pero no siempre está involucrada. Al mismo tiempo una de las características esenciales del proceso de empobrecimiento es que afecta a las personas que no lo son, tales como trabajadores/as a trato, pequeños comerciantes, trabajadores independientes, desempleados temporales, segmentos de la clase media afectados por factores de riesgo social, y también a aquellas personas cuyo estatus social está basado principalmente en sus ingresos. El empobrecimiento es una situación que surge de cambios bruscos o profundos en la organización social y económica, a lo cual se añade una disminución de los sistemas de bienestar y apoyo social. El empobrecimiento y la vulnerabilidad aumentan por efecto de enfermedades, un ciclo económico negativo, pérdida del empleo, la discriminación, la falta de oportunidades. Cuando tales circunstancias actúan juntas, existe mayor riesgo de exclusión social, pudiendo el individuo perder progresivamente sus vínculos sociales y su capacidad para reaccionar ante la adversidad, afectando de manera dramática el bienestar de las personas.
Según el modelo de la exclusión social y considerando los 13 factores de riesgo social y ambiental, podemos analizar y discutir su aplicación al caso del estudiante universitario, donde claramente queda en evidencia que a pesar de acceder a la educación superior, lo que indicaría un buen proceso de movilidad social vía educación, no logra habilitar un estilo de vida funcional a la cultura universitaria sana y concentrada en el estudio y esparcimiento; por el contrario afloran y se manifiestan los múltiples déficit propios de la vulnerabilidad multidimensional que ya traía desde su infancia, adolescencia y diferentes momentos de su ciclo vital, por tanto en esta dirección los diferentes 13 factores de riesgo social y ambiental pueden expresarse en mayor o menor medida según las circunstancias a las que se exponga en su nueva vida universitaria vinculada a los circuitos de consumo de drogas y sustancias ilícitas. Al mismo tiempo la existencia de los 13 factores donde su expresión puede ser total o parcial, demuestra que son mutuamente reforzantes de situaciones de exclusión social y en consecuencia genera procesos de marginación y no integración a la vida y cultura universitaria sana y estudiosa.


Conclusión

A mi juicio la selección de los cinco modelos explicativos de tipo integrador, pertenecientes al grupo de las teorías sociológicas, que han sido expuestos previamente, permiten fehacientemente analizar y discutir el caso del estudiante universitario que se integra a la vida y cultura universitaria pero de manera disfuncional vinculándose a los circuitos de las drogas, sustancias ilícitas y toxicomanía en general.
Por otra parte cualquiera de los cinco modelos, ya sea el sociológico, el sociocultural, el psicosocial, el ecológico o el de exclusión social, tanto en forma individual, como en una combinación de sus elementos principales, tal como ha sido expuesto anteriormente, permiten explicar con propiedad la conducta y comportamiento drogodependiente del joven universitario, desde el origen, mantenimiento, desarrollo del consumo.
Al mismo tiempo, también ha sido expuesta la ventaja y potencialidad explicativa de los modelos integradores, por cuanto, son capaces de generar explicaciones multifactoriales y multidimensionales en la perspectiva de comprender de mejor manera la complejidad de la drogodependencia y toxicomanía, en contraste con los modelos unifactoriales básicos de prevención donde se limita y restringe la búsqueda de buenas explicaciones al fenómeno del consumo de drogas en la juventud universitaria.
También es relevante resaltar la característica principal de los modelos sociológicos, por cuanto se da realce a los factores externos del entorno, ambientales y contextuales por sobre los internos, individuales y personales a nivel del sujeto; aquí se trata de explicar el grado de influencia de los factores externos sobre los internos y como esta influencia externa determina y condiciona la conducta y comportamiento drogodependiente del joven universitario.
Para finalizar, me parece muy interesante la propuesta integradora de los modelos sociológico, pues analizan y comprenden la complejidad de la drogodependencia desde una visión multifocal, lo que permite una mayor comprensión y flexibilidad al momento de abordar con propiedad el consumo problemático de drogas y particularmente queda demostrada su utilidad al momento de aplicarlos en el diseño e implementación de políticas y estrategias de procesos de rehabilitación, por cuanto pueden abordar la toxicomanía de manera sistémica al considerar los múltiples factores que inciden en su desarrollo.



Anexo Nº 1: 13 Factores de Riego Social y Ambiental:
Hábitat
• Viviendas construidas en áreas inapropiadas, como en las riberas de ríos o canales, áreas de riesgo de inundaciones o de derrumbes, etc.
• Existencia de áreas sobrepobladas (concentración de edificios de departamento de 10 pisos o más)
• Viviendas con hacinamiento
• Viviendas ruinosas
• Drenajes al aire libre
• Instalaciones industriales peligrosas y otras formas insalubres de almacenamiento de desechos muy cerca de las viviendas
• Ruido continuo o excesivo durante muchas horas del día o de la noche
• Tráfico a alta velocidad frecuente
• Condiciones ambientales negativas (ruidos, contaminación, sustancias tóxicas en el suelo)
• Escasa presencia de parques o áreas verdes
Salud
• Centros de salud ambulatorios, departamentos de salud especializados
• Hospitales
• Postas de primeros auxilios
• Existencia de medicamentos esenciales en los hospitales y las farmacias
• Incidencia de SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual
• Abortos ilegales
• Incidencia de enfermedad mental y discapacidades físicas
• Alcoholismo
• Desnutrición
• Adicción a drogas
Trabajo
• Desempleo
• Desempleo de los jóvenes
• Mucho tiempo sin empleo
• Sub-empleo (trabajo mal pagado o el que se desempeña una pocas horas durante la semana)
• Situaciones de empleo no protegidas por los sindicatos
Inteligencia
• Escuelas (diversos niveles escolares, especialmente la de nivel superior)
• Servicios educacionales (calidad del servicio)
• Infraestructura cultural (cines, teatros, bibliotecas)
• Centros de entrenamiento profesional
• Tasa de deserción escolar
• Dificultad para acceder a centros de entrenamiento profesional debido a la escasez de vacantes disponibles)
• Incidencia del desempleo entre las personas que poseen certificados y grados académicos
Crimen
• Luz en las calles (existencia, mantención)
• Presencia policial
• Casos de “barras bravas” y vandalismo
• Delincuencia juvenil
• Matonaje
• Casos de crímenes; robos
• Usura, intimidación, requerimiento de pago de “protección” ejercido por organizaciones criminales
• Acceso a drogas
Género
• Casos de violación o acoso sexual
• Prostitución
• Tendencia de las mujeres adultas a permanecer en la casa
• Discriminación contra la mujer en el mercado laboral (a no contratar mujeres embarazadas, prioridad en dar empleo a hombre con una calificación similar, etc.)
• Prejuicios contra las madres solteras y las mujeres separadas o divorciadas
• Prejuicio y discriminación contra el desempeño económico de las mujeres (mujeres dueñas de sus propios negocios)
• Discriminación contra las mujeres en la esfera política (partidos políticos, sindicatos, etc.)
Familia
• Guarderías y jardines infantiles para los niños en edad preescolar
• Centros recreativos y clubes para los adolescentes
• Familias separadas debido a divorcio
• Casos de violencia en la familia (maltrato)
• Familias extensas (seis miembros o más)
• Familias uniparentales

Comunicación
• Red de transporte público (existencia de líneas y frecuencia)
• Caminos (existencia y mantención)
• Existencia de cafés de internet o puntos de internet
• Kioscos de diarios y revistas
• Existencia y eficiencia de oficinas de correo

Administración pública
• Servicios de emergencia (bomberos y otros)
• Servicio para la obtención de carné de identidad
• Empleados del gobierno local capaces, ágiles y profesionalizados (responsables de la salud, la seguridad social y otros servicios)
• Número adecuado de empleados gubernamentales responsables para atender al público

Desorden institucional
• Discriminación política, étnica y lingüística (en la educación, en el salario y en el acceso a empleos, servicios y cultura)
• Abuso de la autoridad ejercido por la policía
• Conflicto entre personas de diferentes afiliaciones políticas
• Emigración
• Inmigración ilegal
• Conflictos entre los inmigrantes y la población residente
• Estigmatización de los beneficiarios de la ayuda social pública (por ejemplo, vivir en hospedajes públicos o en acomodaciones temporales debido a desplazamiento de las viviendas
• Existencia de mediadores culturales, traductores o instrucciones en diversas lenguas en las oficinas públicas

Seguridad social
• Asistencia social formal para quienes más la necesiten (disponibilidad de los trabajadores sociales, apoyo económico, etc.)
• Estructuras de acogida para sectores más vulnerables de la población (personas sin techo, orfanatos, ancianos, niños de la calle)
• Empleo en condiciones peligrosas o no saludables
• Empleo sin seguro para accidentes laborales y enfermedades

Abandono social
• Servicios de asistencia social sin fines de lucro
• Servicios sin fines de lucro para la prestación de atención de salud en la casa
• Centros recreativos para los ancianos y jóvenes
• Grupos de auto-ayuda
• Personas ancianas que viven solas
• Vagancia y personas sin techo
• Niños de la calle
Consumo (de bienes no esenciales)
• Malls, shopping center
• Agencias de viaje
• Centros de venta de alta tecnología (computadores, teléfonos celulares, etc.)
• Lugares de encuentro (restaurantes, clubes nocturnos, bares, etc.)
• Gimnasios y piscinas
• Tiendas exclusivas (de ropa, joyerías, etc.)



Bibliografía:
1. Pastor, Juan Carlos y López-La Torre, María; “Modelos teóricos de prevención en toxicomanías: Una propuesta de clasificación”; Anales de Psicología, Universidad de Valencia, 1993.
2. Consumo problemático de drogas, Tratamientos con personas que han cometido delitos. Área técnica de tratamiento y rehabilitación, Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, Ministerio del Interior, Gobierno de Chile, 2009.